sábado, 7 de marzo de 2009

Es innegable el cambio de rol de la mujer: universitarios

Comunicado de Prensa
Xalapa, Equez., Ver., sábado 7 de marzo de 2009.

Es innegable el cambio de
rol de la mujer: universitarios

Los varones opinan:
· Hemos padecido una especie de cultura misógina: Omar Gasca
· La cultura sigue siendo dominantemente machista: M. A. Casillas
· El nuevo papel de la mujer no viene de una concesión social, sino de la revaloración de las propias mujeres: Félix Darío Báez

Marcelo Sánchez Cruz

La segunda mitad del siglo XX marcó una nueva era para las mujeres en el ámbito profesional pues previamente eran muy escasas las oportunidades que tenían para una preparación académica. A pesar de esta apertura, en un inicio sólo podían entrar en disciplinas específicas, consideradas como extensiones de su rol como cuidadoras del hogar –educadora o enfermera– pero, poco a poco, se fueron abriendo las posibilidades hacia todas las disciplinas del conocimiento.
“En términos generales yo creo que siempre ha habido mujeres que han hecho una obra importante pero que no aparecen en la historia porque nadie las vio o nadie les dio importancia. Hemos padecido una especie de cultura misógina que siempre ha descalificado o intentado ignorar la presencia de la mujer, cuando su presencia es algo que ocupa otros espacios más allá de lo doméstico. Y desde los años cincuenta a la fecha hay mujeres que han ocupado espacios a los que antes no llegaban, no porque no quisieran, sino porque no se les permitía”, explicó Omar Gasca, académico de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV).
Ejemplos de mujeres que desempeñaron papeles relevantes en un mundo masculino como Catalina la Grande, Sor Juana Inés de la Cruz, la escultora francesa Camille Claudel, la escritora norteamericana Harriet Beecher Stowe, no hacen más que confirmar que la capacidad femenina ha estado siempre presente y que es en la actualidad cuando se presenta en su máximo potencial.

En las disciplinas no hay sexo que valga: Magdalena Hernández
“A pesar de siglos de marginación a la mujer, ésta no perdió un ápice de inteligencia; es decir, en el momento que tuvo la oportunidad, se integró al mundo profesional al mismo nivel que los varones y participa en todas las disciplinas, demostrando así que en éstas no hay sexo que valga y que se tienen abiertas las puertas en la academia”, afirmó Magdalena Hernández Alarcón, directora del Área Académica de Humanidades.
La entrada al ámbito profesional no ha sido fácil para el género femenino: históricamente han tenido que enfrentar cuestionamientos y críticas y aunque esto comienza a cambiar todavía se perciben ciertos sesgos en el trato.
“El problema del género atraviesa muchas esferas de la sociedad y una de sus características principales es que hay un principio de desigualdad derivado de una vieja historia de exclusión social de las mujeres; aún ahora, con iguales méritos e iguales capacidades, ellas encuentran mayores dificultades. La cultura sigue siendo dominantemente machista; claro, más en unos espacios que en otros: los mundos de la política y la ciencia son espacios predominantemente masculinos mientras que la docencia y la enseñanza ya son espacios mixtos. Aunque también hay espacios femeninos”, comentó Miguel Ángel Casillas Alvarado, director del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la UV.

El nuevo papel de la mujer no fue una concesión social: Félix Darío Báez
Sin embargo, se reconoce cada vez más el rol de la mujer en la sociedad y es gracias a un esfuerzo individual que se refleja en el colectivo social.
“Actualmente la mujer comienza a empoderarse de diferentes escenarios de decisión social en terrenos como la economía, de la política, de la religión. Muchas veces son ellas quienes empujan proyectos importantes de desarrollo y planeación, pero este posicionamiento no viene de una concesión social, sino de la revalorización personal que ha permitido a la mujer desarrollar una conciencia individual de su papel en la sociedad”, opinó Félix Darío Báez Galván, director de la Facultad de Antropología.
Esta apertura se da en dos sentidos: en los campos profesionales establecidos primeramente como masculinos ha permeado la presencia femenina y en los campos de acción profesional aceptados por tradición como femeninos se va dando cada vez más la presencia de los varones.
“Ha costado bastante que se acepte a la carrera de Enfermería como una opción profesional, precisamente porque la mayoría de quienes la integramos somos mujeres. Hoy, hablamos de casi un cuarenta por ciento de varones en nuestra profesión, pues cada día se reconocen más las diferentes opciones de especialización que esta carrera conlleva”, explicó Yolanda Méndez Grajales, directora de la Facultad de Enfermería.
Asimismo, este incremento de la participación femenina en el terreno profesional ha llevado a una adecuación de los roles que a nivel personal y social juegan ambos géneros en la actualidad.
“En este momento, no hay un parámetro para encasillar lo femenino y lo masculino. Hay más bien una hibridación de los roles, una reconversión donde no se hace una distinción totalitaria; hay mujeres que actualmente no quieren ser madres, cuando antes la maternidad era el fundamento de la feminidad”, añadió Báez Galván.
Por su parte, Casillas Alvarado explicó que “tenemos una era donde los viejos valores dejan de tener vigencia y se toman nuevos referentes culturales; en este reajuste de valores las mujeres cobran un nuevo papel en la medida que se van empoderando. Estamos viendo una enorme revolución cultural que tiene mucho que ver con la entrad a de las mujeres a las universidades.
”Se ha desarrollado también una nueva masculinidad donde hay hombres comprometidos con la crianza de los hijos, con la colaboración de las labores domésticas. Aunque aún está muy arraigado el concepto de dominación masculina, va cambiando en diferentes sectores”, dijo.

En el mundo académico es donde más se ha avanzado
El reto de una participación igualitaria en el terreno profesional entre hombres y mujeres no es fácil. La única manera de superarlo es mediante un esfuerzo constante y permanente que valore la capacidad y el talento antes que el género. Y ha sido en el terreno académico donde más se han podido allanar asperezas.
Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología de Xalapa (MAX) aseguró, al respecto: “A mí me ha ido muy bien; aunque sí me he enfrentado en mi vida con cuestionamientos. Por ejemplo, cuando decidí estudiar Arqueología mucha gente me dijo que era una carrera de hombres. Y muy a menudo, cuando las mujeres son exitosas profesionalmente y cometen algún error se dice: “Es que es mujer”. Nunca he escuchado que a algún hombre lo descalifiquen de la misma manera; pero poco a poco yo, al igual que muchas mujeres, con trabajo, perseverancia y eficiencia, estamos mandando un mensaje de que sí podemos”. .
Magdalena Hernández Alarcón refirió que en la UV “las últimas administraciones han abierto ampliamente el espacio a las mujeres. La actual, por ejemplo, tiene muchas colaboradoras femeninas en altos cargos. Yo misma soy testimonio de esta situación y considero que mi entorno es bastante positivo. No creo que haya ningún cuestionamiento con respecto a mi desempeño por el hecho de ser mujer y en eso también influyen mis jefes y colaboradores”, refirió.

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