lunes, 2 de marzo de 2009

La guerrilla en México tiene 40 años y continúa presente


Comunicado de Prensa
Xalapa, Equez., Ver., lunes 2 de marzo de 2009.
La guerrilla en México tiene 40 años y
continúa presente: Laura Castellanos

· “Es una historia muy dolorosa, cruda, difícil de asimilar porque uno no tiene idea de que en México hayan sucedido tales episodios de represión”, apuntó la autora

David Sandoval

En México se han tenido 40 años de movimientos guerrilleros ininterrumpidos; no obstante, las organizaciones no son terroristas sino que buscan establecer condiciones mínimas de subsistencia, declaró en entrevista Laura Castellanos, periodista y autora del libro México armado, publicado por Ediciones Era.
El volumen requirió de 10 años de investigación hemerográfica y testimonios con sobrevivientes y familiares, cuyo resultado final fue este libro que Castellanos dedica a las generaciones presentes y futuras.

México armado trata el tema de la guerrilla, mediante una cronología del movimiento guerrillero…
Este libro lo escribí pensando en las generaciones jóvenes, en las muchachas y muchachos que se acercan por primera vez a esta historia para que conozcan sobre todo la raíz de las organizaciones que todavía están activas –el tronco del EPR y el EZLN– tienen sus raíces en esa generación de finales de los sesenta y setenta que conformó más de una veintena de organizaciones armadas en México y cuya historia ha estado en la penumbra. Es un trabajo que me tomó 10 años registrar.

Lo único que se conocía en los medios eran sus ataques, no sus desapariciones; ¿qué tan difícil fue recabar esta información en los medios impresos y en testimonios?
Un equipo de cuatro amigos y yo hicimos la investigación hemerográfica y documental. Yo lo escribí, pero comenzamos a hacer el libro a partir de la irrupción del EZLN en el 94, cuando no estaban abiertos los archivos.
Además, todos estaban centrados en el EZLN y nadie volteaba a ver los antecedentes, lo que había sucedido en décadas previas; entonces, fue realmente muy difícil, porque es una historia que generacionalmente no me toca, que no tengo ningún vínculo familiar y fue difícil rastrear la información a través de los familiares, hemerográficamente, documentalmente, además de testimonios de decenas de personas.
La historia de México armado es sobre qué sucede después de la Revolución Mexicana hasta la salida de Vicente Fox; prácticamente todo el siglo pasado. Costó bastante trabajo dar con la gente y ya después, cuando se abrieron los archivos, no me interesó acudir a ellos porque no me interesaba recrear la historia del aparato represivo. Además, considero que esos testimonios fueron sacados bajo tortura, los que están en la fiscalía y en el Archivo General de la Nación (AGN); lo que yo tengo es un registro oral de los principales protagonistas.

¿Te causó alguna emoción conocer estos testimonios? ¿Cómo fue cambiando tu percepción de la situación?
Sí, cómo no, porque era una historia que primero tenía que explicármela yo, tenía que entenderla para poderla compartir, es una historia muy dolorosa, es una historia cruda, difícil de asimilar porque uno no tiene idea de que en México hayan sucedido episodios de represión y en muchos casos de desaparición forzada, que en México fue donde se inauguraron los “vuelos de la muerte”, donde arrojaban a las personas al mar, antes que en Sudamérica.
Es una historia que además ha quedado impune porque los principales victimarios: policías, militares y el presidente Echeverría y luego López Portillo, quedaron en la impunidad.

¿Crees que la situación actual de la violencia en el país se asemeja a la lucha de estas organizaciones?
Es lo mismo; de hecho, sus raíces vienen de esa generación. Ejemplo: los militantes desaparecidos del EPR, ellos son de esa generación; de pronto, podemos ver esa historia como muy distante pero esa historia está aquí.
Si nosotros no comprendemos que si se ve el fenómeno de los movimientos armados como un mero fenómeno de seguridad, van a seguir existiendo.
En México hay más guerrillas que en cualquier país de América Latina, para eso es importante comprender que ésos han sido los móviles y que no son organizaciones terroristas, porque es muy fácil que con una estrategia de seguridad se les enfoque de esa manera para reprimir. Eso sucedió en Guerrero y ahora los hijos y nietos de quienes fueron reprimidos están en las organizaciones armadas del tronco del EPR.
Se tiene que comprender y mientras este sistema siga en la desigualdad y con un capitalismo voraz sobre los recursos humanos, los recursos naturales y culturales, va a continuar una inconformidad que no encuentra un canal por la vía electoral o por la vía legal.

¿Tú planteas entonces que el Estado sigue teniendo una postura cerrada, de no abrirse al diálogo?
Ahora hay un cambio que tiene que ver con la comisión intermediadora del EPR, pero es un cambio no gratuito; es decir, inicialmente (Juan Camilo) Mouriño –exsecretario de Gobernación– consideró que eran grupos terroristas y que no se iba a negociar.
Yo pienso que hay un cambio en la opinión pública y en los medios de comunicación, y esta apertura presionó al gobierno federal para que de alguna manera considerara importante abrir un canal de diálogo con esta organización que cometió el mayor acto de sabotaje en el país, que son las explosiones de Pemex.

¿Crees entonces que exista una posibilidad de que la relación entre estos grupos y el gobierno cambie?
Ellos no luchan para sentarse a negociar o dialogar con el gobierno; lo que los arroja a la opción armada son las condiciones socioeconómicas de este sistema que no se han solucionado ni se van a solucionar mientras sigue desgarrándose al país con un capitalismo que va sobre los recursos naturales, que está provocando una migración ascendente y las comunidades desgarradas.
Que haya poblaciones con pobreza y condiciones de marginación propias de la posrevolución, han pasado 40, 50 años, 60 ó 70 y siguen en las mismas condiciones.
Pueden sentarse y negociar con alguna organización, pero si las condiciones siguen siendo las mismas, hay 10 organizaciones activas más; podrán sentarse con una pero las otras están replegadas, actuando en la clandestinidad y no se sabe mucho de su actuación, pero están ahí.

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