martes, 10 de marzo de 2009

Mujeres y no violencia: lo más difícil es romper patrones culturales

Lunes 9 Mar 2009 15:00:18 -0600
REPORTAJE
Xalapa, Equez., Ver., lunes 9 de marzo de 2009.

Asegura investigadora y promotora de la legislación
Mujeres y no violencia: lo más difícil
es romper patrones culturales

· Si bien las zonas indígenas registran mayor violencia, las urbanas catalogadas como clase alta también registran casos
· Mujeres del municipio Emiliano Zapata fueron cesadas por “alborotar a las mujeres” al difundir la ley

Alma Espinosa

La falta de estadísticas contundentes que den a conocer el número real y no sólo el denunciado de mujeres que sufren o han sufrido algún tipo de violencia es apenas un signo de lo mucho que falta por hacer en la materia; sin embargo, se han dado pasos firmes que deben concretarse con acciones subsecuentes.
Un gran avance es la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1 de febrero de 2007) y las correspondientes que se han impulsado en los estados de la República (sólo 23 de 32, hasta enero de este año), como la de Veracruz.
Si bien la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave es un instrumento generado para proteger la integridad y los derechos de las mujeres, es de poca utilidad si quienes vivimos en esta entidad no la conocemos.
Con 46 artículos y nueve transitorios, la Ley de Acceso de Veracruz es resultado de una larga historia de lucha por igualar las condiciones de mujeres y hombres, y es que si no se cuenta con una ley no se tiene una base jurídica para señalar lo que está mal. No obstante, “la mera existencia de la Ley no garantiza que se lleve a la práctica y tampoco refleja de forma real las cuestiones culturales que subyacen en el aspecto de violencia”, declaró la investigadora del Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV), Dulce María Cinta Loaiza.
En entrevista con la académica –quien también fue convocada para formar parte del Sistema Estatal para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, que solicita la Ley– comentó que después de que México firmó los acuerdos internacionales ha sido un proceso lento para contar con una legislación propia. A este proceso poco ha ayudado que las mujeres son minoría y no tienen poder como grupo en los congresos locales.
En nuestra entidad, congresistas conscientes de la problemática acompañadas de grupos cívicos de mujeres, trabajaron para impulsar la Ley que además aclara e informa que hay más de un tipo de violencia y diferentes modalidades de ella, las cuales son: lugares, ambientes y situaciones en que las mujeres son víctimas.
De acuerdo con Dulce María Cinta, lo que debe hacerse es dar a conocer la Ley, en primer lugar en nuestro sector, el universitario. Que estudiantes, académicos, investigadores y personal en general conozcan la Ley para que se la apropien y la sientan como un arma de defensa.
Declaró que para difundirla en toda la población, lo ideal sería que los medios de comunicación se convirtieran en aliados y se interesaran por incluirla de forma permanente en su programación. Aprovechar, así, medios como la televisión que es un gran educador pero desafortunadamente reproduce los patrones de violencia.
Lo siguiente y más difícil, reconoció, es que las mujeres rompan el círculo de la violencia. Para ello debería reforzarse el trabajo con el sector educativo, comenzando con el personal docente; después debería trabajarse con el personal que imparte la justicia, desde que se pone la denuncia, para esto habría que cambiarle la mentalidad a los servidores. Todo esto, aseguró la investigadora, es una tarea compleja que requiere del convencimiento de muchas partes.
Al mismo tiempo que se trabaja en la difusión de la normatividad, ésta marca como una necesidad crear un banco de información de la violencia hacia la mujer con la finalidad de dar seguimiento a los casos. Sin embargo, aquí surge nuevamente el inconveniente de que se revisarán solamente las denuncias, pero ¿qué pasará con los casos de violencia que no han sido informados ante la justicia?
Además del banco, la Ley encarga al Sistema Estatal dar a conocer un diagnóstico de la violencia hacia las veracruzanas. Éste permitirá localizar los principales focos de atención y posteriormente elaborar un programa de acción con perspectiva de género que incluya instancias como la Secretaría de Salud, Secretaría de Educación, la Procuraduría y el DIF, entre otras.
Aunque todavía no se ha concluido el diagnóstico, existe un primer esbozo que detecta las zonas indígenas donde más se violenta a la mujer; no obstante, agregó, se han detectado casos en zonas urbanas catalogadas como clase alta.
Antes de aclarar las diferencias entre los tipos y las modalidades de violencia, Cinta Loaiza explicó que la Ley también es muy específica para determinar quiénes deben participar en el Sistema Estatal para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas.
Deben ser: dos de la UV, ella y María Eugenia Guadarrama, del Instituto de Investigaciones Psicológicas; tres de grupos feministas que trabajen a favor de los derechos y cuatro correspondientes a los tres poderes, y la Secretaria Ejecutiva del Sistema es la directora del Instituto Veracruzano de las Mujeres.
Es tarea del Sistema Estatal proporcionar la información detallada y clara sobre la violencia, sus tipos y modalidades, que a continuación se interpreta de los capítulos I y II de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave.

Tipos de violencia
Psicológica: Es aquella que afecta tu integridad, emociones y provoca que tu autoestima “ande por los suelos”. Es la violencia que te hace sentir amenazada, humillada y menospreciada, que afecta tu salud mental y emocional, o tu libertad para decidir por ti misma.
Física: Es todo acto que haga daño y en el que se utilice la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que te pueda provocar lesiones internas o externas, dejen o no marcas.
Sexual: Es cuando te tratan como objeto sexual, que digan que sólo estás para satisfacer las necesidades sexuales del varón sin importar la hora y las condiciones en las que llegue. Cuando la pareja no permite que utilices algún tipo de anticonceptivo o te obliga a embarazarte. Si te venden, violan o tocan contra tu voluntad. También es violencia sexual cuando se presentan en los medios de comunicación imágenes de mujeres que la degradan.
Patrimonial: No te permiten tener posesiones de ningún tipo. Cuando tu pareja, padres, hermanos, hijos o demás familiares te controlan el patrimonio y te hacen dependiente. Cuando hacen cambios, quitan, destruyen o usan las cosas, documentos (actas de nacimiento, pasaporte, credenciales, etc.) y propiedades (terrenos, casas y objetos personales sin importar si son tuyos o compartidos).
Económica: Es cuando alguien trata de controlar el dinero que ganas, ya sea que lo administre sin tu permiso o te lo quite. Si en tu trabajo te pagan menos que a los hombres por hacer lo mismo. Si un hombre no quiere reconocer a sus hijos y no se hace responsable de los gastos. Violencia económica es cuando te dicen “No te doy para el gasto” o de plano tengas que pedir hasta para comprar toallas sanitarias y no te den. Según la investigadora, los hombres con altos niveles educativos controlan a sus mujeres por medio de la dependencia económica.
Obstétrica: Cuando los doctores, enfermeras y personal médico te tratan de forma insensible y autoritaria y no permiten que tomes las decisiones sobre tu cuerpo y sexualidad. Por ejemplo, durante la exploración vaginal dejas expuestos tus genitales ante la vista de otras personas (enfermeras, residentes). Cuando no te permiten tener una planeación familiar.
Cuando niegan la atención médica en casos de emergencia que involucra nuestra salud sexual y reproductiva, cuando nos obligan a parir sin razón en una posición que no deseamos, o cuando nos someten a una cesárea sin que sea necesario. Cuando sin razones médicas no nos permiten cargar y amamantar después del parto.

Modalidades de violencia
De género: Es la más grande y donde los tipos de violencia están imbuidos. Es la violencia que se comete contra las mujeres por el hecho de serlo. Puede ser de cualquier tipo y cometerla una persona, comunidad o el Estado al tolerar la violencia o desproteger los derechos de las mujeres.
Familiar: Puede ser de cualquier tipo y la puede ejercer la pareja, sin importar el estado civil, o cualquier familiar como los padres, abuelos, hijos, nietos, tíos, sobrinos y primos, sin importar el sexo o si es dentro o fuera del hogar. También contempla la violencia por parte de los parientes políticos como suegros, yernos, nueras, hijastros, padrastros, etcétera.
Laboral y escolar: La violencia laboral surge cuando en el lugar de trabajo se afectan los derechos de las mujeres al impedir su desarrollo profesional, cuando los jefes, la empresa o la institución y los compañeros de trabajo abusan de su poder y dañan la integridad física, emociona, sexual, patrimonial y económica.
La violencia escolar es cuando cualquier persona que labore en una escuela abusa de su posición para dañar a las alumnas con cualquier tipo de violencia, o cuando se presentan a las mujeres de manera negativa y sexista en las clases y los materiales escolares.
En la comunidad: Cuando una comunidad discrimina a las mujeres, tolera que se les maltrate o directamente promueve agresiones hacia ellas.
Institucional: Es la que involucra a los servidores públicos de cualquier nivel, cuando éstos le ponen trabas al ejercicio de los derechos de las mujeres y a su acceso a los servicios y programas que el gobierno tiene para beneficiarlas, por prejuicios como la inferioridad de las mujeres o atrasando los trámites que realizan.
Feminicida: Es la acción extrema, pública o privada en contra de las mujeres por el hecho de serlo. Algunas veces dichas acciones son toleradas por la sociedad y los gobiernos “por las costumbres”. Un feminicidio es la muerte, violenta o no, de una mujer por el simple hecho de ser mujer. Un ejemplo claro son los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.

Dulce María Cinta considera que la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es de las mejores que se ha publicado en el contexto nacional; sin embargo, tiene que darse a conocer, las mujeres deben posesionarse de ella para utilizarla en la defensa de sus derechos y denunciar. Y justo en este paso es necesario cambiar la mentalidad de los funcionarios públicos, pues por lo regular 90 por ciento de quienes atienden las denuncias son varones.
Pero, para que suceda este cambio cultural y las mujeres –por ejemplo, campesinas o indígenas– se atrevan todavía falta mucho camino por andar. No bastan talleres de sensibilización o pláticas, es necesario un cambio profundo para evitar cuestiones como la sucedida en el municipio de Emiliano Zapata, que dos mujeres fueron cesadas por el regidor con el argumento que “alborotaban a las mujeres” al difundir la Ley, acto para el que, irónicamente, fueron contratadas.
Para que las cosas cambien y la situación de las mujeres mejore no bastarán unos cuantos años, ya que son procesos de transformación largos y complejos. Es necesario derribar barreras que a veces se reflejan en una frase desafortunadamente común en las mujeres maltratadas: “Es la cruz que me tocó cargar”.

Recuadro con foto:
Dulce María Cinta Loaiza
Si bien la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Veracruz es un instrumento generado para proteger la integridad y los derechos de las mujeres, es de poca utilidad si quienes vivimos en esta entidad no la conocemos.

Pies de fotos
Mujeres 1: Con 46 artículos y nueve transitorios, la Ley de Acceso de Veracruz es resultado de una larga historia de lucha por igualar las condiciones de mujeres y hombres.

Mujeres 2: Para difundir la Ley de Acceso de Veracruz, lo ideal sería que los medios de comunicación se convirtieran en aliados.

Mujeres 3: Es tarea del Sistema Estatal proporcionar la información detallada y clara sobre la violencia, sus tipos y modalidades.

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